viernes, 17 de octubre de 2014

La vida cuelga del alma y el alma cuelga de un hilo. Hilo que nos enlaza y ata y nos lleva bien unidos. Pero los hilos se rompen y allí termina el camino. Cuando el alma queda sola se apagan vida y suspiros. El alma y la vida atadas recorren huella y olvido. La huella de todos los días y el olvido del hilo herido.

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